La naranja mecánica
Título: La naranja mecánica
Título original: A clockwork orange
Autor: Anthony Burgess
Editorial: Minotauro
Género: Novela, ficción y drama.

El joven Alexandre de large junto con sus amigos protagonizan el asesinato de una mujer por error, esta pequeña tropa encabezada por Alexandre está obsesionada con la ultraviolencia,estimulados por las sinfonias de Beethoven, cada noche salen a la calle, con sus particulares atuendos para desarrollar toda la "ultraviolencia" que se les puede ocurrir.
Trailer:

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Reseña

La naranja mecánica cuenta la historia del nadsat-adolescente Alex y sus tres drugos-amigos en un mundo de crueldad y destrucción. Alex tiene los principales atributos humanos: amor a la agresión, amor al lenguaje, amor a la belleza. Pero es joven y no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, la que disfruta de un modo violento. En cierto sentido vive en el edén, y sólo cuando cae (como en verdad le ocurre, desde una ventana) parece capaz de llegar a transformarse en un verdadero ser humano. Una novela que juega con el bien y el mal y te hace reflexionar sobre lo que alguna vez pasará con nuestra sociedad. ¿Estamos entrando en una espiral de odio y destrucción?

Es una historia famosísima gracias a la película de culto de título homónimo, la cual reportó cierta notoriedad al desapercibido libro de Anthony Burgess. Para aquellos que hayáis visto la película, ya sabréis lo que os vais a encontrar en el libro, pues es casi idéntico. Pero los que aún no la han disfrutado, os advierto que La Naranja Mecánica es un libro estrambótico, lleno de significado y sobre todo, muy reflexivo.

Su título viene de la expresión británica “Más raro que una naranja mecánica”, así que ya podréis haceros una idea con esta afirmación. Y es que Anthony Burgess se basa en una antigua vivencia personal para explotar al máximo la maldad humana encerrada en la mente de todos nosotros.

Todo empieza con Alex, nuestro narrador y, oh, hermanos míos, nuestro querido drugo (amigo). Nos contará de primera mano sus vivencias, sus fechorías; seremos testigo de violaciones, robos, palizas injustificadas en plena calle, y por último, un asesinato cruento y disparatado.

Junto a sus pasos, llegaremos a la staja (Prisión del Estado), y por sus ojos veremos el miedo, el asco… Todo aquello que le merece por haber sido un ser tan deleznable. No obstante, una nueva y poderosa cura experimental, será la culpable de que nuestro Alex, amante de la música clásica de grandes compositores como Bach o Bethoveen, se convierta en un sensible conejito asustado, rehuido de la sociedad de la violencia.

¿Existe realmente una cura para eliminar la maldad? ¿Podríamos los humanos, ser lo que somos, sin ella? ¿Es el individuo capaz de ser manipulado por el sistema? ¿Qué es la moral, lo amoral y la violencia? Pero sobre todo… ¿qué la causa?

La naranja mecánica
 toca temas profundos como estos, llegando a mover nuestras neuronas para hacerlas trabajar en una posible respuesta. Es una historia paradójica contada de una manera original.

El autor juega con la lingüística, exprimiendo hasta la última gota sus conocimientos en el campo para hacer constar como un papel importante a la neolengua Nadsat que hablan los adolescentes. Palabras como DrugoCala, Pe y Me, moloco o joroschó, nos acompañarán durante todo el relato, dejándonos una pista de lo que el autor pretendía con su creación.

La mayoría son bastante reconocibles según el contexto, pero otras, más basadas en el origen ruso y eslavo, se hacen incomprensible; es por eso que Minotauro confeccionó un diccionario Nadsat-español, con ayuda del propio Burgess, para que el lector no se sienta perdido durante la narración.

No obstante, tengo que advertir que esta cualidad puede ser tanto magnífica, como el punto flaco del libro. Mirándolo con profundidad, es una cualidad loable e interesante, con verdaderas connotaciones que no pasan desapercibidas a ojo crítico, pero por otro lado, si lo miramos desde la perspectiva de un lector poco experimentado o ignorante del contenido y forma de la narración, podría convertirse en un obstáculo difícil de sortear para la comodidad de la lectura.

Por otro lado, el protagonista es la antítesis del típico protagonista de libros juveniles. Por supuesto, este fue un libro que se creó para llegar al final de la historia de la humanidad, por lo que nuestro querido narrador, es por lógica, un personaje carismático, con una personalidad arrolladora tanto por su violenta naturaleza como sus entresijos más secretos. El hecho de que sea un fiero elemento crítico en la historia y que a la vez, escuche una música tan exquisita con tanto amor (el amor que no tiene ni para su propia humanidad) es una cualidad que admiro.

Como lectura culta me ha encantado. Es realmente una aventura vívida y fluida, con explosiones de adrenalina y con un final perfecto (que fue recortado en algunas ediciones) que completa un puzle mental y moral. Pero como una lectura de entretenimiento del fácil, del rápido, debo decir que no es precisamente el libro perfecto, más bien debido a la incomodidad de adaptarse al nuevo vocabulario.

Sin embargo, eso lo dejo constatado para quien le importe, pues he de decir que a mí personalmente me hizo mucha gracia aprender el nadsat, y hasta me hago un cursillo avanzado en la EOI de mi ciudad (es broma, ¿eh?).

La naranja mecánica ha resultado ser un tesoro de la literatura universal que, mucha gente ha ignorando a lo largo del tiempo pero que debe resurgir de las tinieblas e instalarse en la mente de la juventud de hoy en día, pues me he sentido aterrorizado por lo que he leído y he sentido, ya que hoy en día, todo lo que aquí sale, se ha hecho realidad, y hay que tener en cuenta que el libro es del 63 y ahora estamos en el 2011.


Critica: El joven Alexandre de large junto con sus amigos protagonizan el asesinato de una mujer por error, esta pequeña tropa encabezada por Alexandre está obsesionada con la ultraviolencia,estimulados por las sinfonias de Beethoven, cada noche salen a la calle, con sus particulares atuendos para desarrollar toda la "ultraviolencia" que se les puede ocurrir.

 


Brenda Beltran